Cuanto ha pasado en más de un año desde mi última entrada. Una entrada que describió mi plan de escape sin fallas, sin remordimiento. Salida húmeda, misericordiosa y bienintencionada. Oye, no quiero ser malinterpretado, agradezco el fustigue que  provocado pero ya estuvo bueno. Hoy vivo convencido de que el recuerdo lo guarda todo y no solamente a las muchachas.

Sigo en Bungalo. Escribo para mantener esto encendido, siendo <<esto>> una forma de hablar conmigo, contigo y sanar. Lo hago para recomenzar este ritmo saludable en el mismo sitio pero bajo una circunstancia distinta. El mitote hoy en día es más tranquilo por este rumbo pues la universidad ha quedado en el pasado. Atrás quedan el colegio, los maestros ineptos y los buenos, los cursos inútiles y los más cagados todavía, la sociedad escolar llena de falsedad y esperanza. El tiempo perdido y mal aprovechado. Que bueno que salimos con vida.

Libre con mis decisiones sigo con el animo y la capacidad de hacer estas ideas realidad. No me desanimo por lo que viene, vivamos como se puede. El destino impuesto hay que llevarlo lo mejor posible, sabiendo que la fuerza de la necesidad es invencible.